Libre, sí.

Me siento viva, me siento libre. Me ha caído la venda que tenía en los ojos.  Sí, por fín. Llevaba tiempo queriendo que llegara este día. Llevaba tiempo intentando librarme de lo que fuera esto, quieriendo ver la realidad y parar de creer en las apariencias. Y por fin ha llegado ese día. Por fín has decidido que llegue.


Hoy todo ha cambiado. Y cuando digo todo, me refiero a exactamente todo. El cielo está más que despejado y tiene un color azúl claro, de lo más sincero. La luz del sol me deja ver con claridad hasta el más mínimo detalle de mi alrededor. Pues mis ojos, mis ojos ahora veen más allá de mis narices. Siento como mis pies están en el suelo, pisando fuerte las calles, sientiendo el peso de todo mi cuerpo. Por su lado, mi nariz coje aire y inspira hondo, llenandome los pulmones hasta no poder más, exhalando luego  poco a poco por mi boca todo el aire inspirado. Y mi corazón, mi corazón está preparado,  late con fuerza hoy más que nunca, quiere dejar de solo existir, quiere empezar a sentir que hoy está más fuerte que nunca, y que quiere vivir.

Me siento viva, me siento libre, me siento yo.