Dejate llevar

Era muy pequeña para ser una mujer y tenía una mente demasiado desarrollada para ser una niña. Así era como me definía la mayoría de la gente que me conocía o había tratado alguna vez conmigo. Mi madre, la que más, mi madre siempre me trató como una persona adulta, ella nunca desconfiaba de mí, pues me consideraba una niña muy responsable y madura, que sabía siempre lo que hacía. 
Mi madre nunca me puso límites, pues ella confiaba plenamente en mí y por eso me los tuve que poner yo misma; me puse mis límites y fui conmigo misma la persona más exigente que había sido jamás. Pasaron los años y me ceñí a mis principios, a mis reglas, y una de las reglas fundamentales dentro de mi moral era la de no dejarse llevar. Pues dejarse llevar casi siempre terminaba realmente mal, ibas dándote tropezones miles de veces, levantándote y volviéndote a caer. Y yo por eso, ni me arriesgaba. Para qué? 
Pues así era mi vida, nunca disfrutaba al máximo de nada, porque nunca me dejaba llevar del todo con nada ni con nadie, siempre llegaba ese misterioso momento en que mi celebro decía "ya basta" y detenía automáticamente todo lo que estaba ocurriendo antes de que me gustase más de lo que me estaba gustando. Pues nunca dejé que me gustara del todo nada, nunca dejé que fluyera nada del todo, porqué eso supondría posteriormente mi sufrimiento si algo saliera mal.  Creo que ceñirme a ese principio de no dejarse llevar era una especie de protección que me había puesto yo misma para no sufrir. Evitar el mal antes de que pase diría yo.
Pero ahora, justo con diecinueve años me doy cuenta que no siempre todo tiene porqué salir mal, también puede salir bien o regular, y que si desde entonces todos mis finales han terminado relativamente mal probablemente haya sido por no dejarme llevar en su momento, porqué nunca he dejado que las cosas pasasen como tenían que pasar y como realmente deseaba yo que pasasen. Y por todo eso, he aprendido que arriesgándote siempre ganas más que sin arriesgar. Pues al menos arriesgándote sabes lo que realmente tenia que pasar y no te quedas con la duda de lo que podría haber pasado y ya no pasará. 
Desde mi experiencia solo puedo decir una cosa: arriésgate, déjate llevar, esa es siempre la respuesta.



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